domingo, 30 de mayo de 2010

Siento que me destruyo en cada mirada del sol ,
una ráfaga de fuegos extinguidos marcaron mi nacimiento.
Procuro andar a oscuras para no verte silencio endemoniado,
canto vulgar y tétrico que naces en mis extrañas,
todo es un gran torbellino ,
en cada aspirada un silencio
de neuronas reprimidas y recuerdos fecundos que se hacen humo,
es como si colgara de las paredes
para ver el ojo crítico que vigila mis sueños.
Un traspiés basta para encontrarme con la muerte.
Entre tú y yo la distancia se hace eterna.
El camino a recorrer es extraño, mas no ajeno.
Lo he caminado tantas veces que hasta puedo verlo sin mirarlo.
Llegar a ti se me hace fácil, encontrarte no es difícil,
pero dejarte, dejarte es lo complicado.
Eres el veneno que intoxica mi cuerpo.
Todo mi ser vive necesitado de tu presencia.
Mi vida se hace pequeña
me carcome y domina toda voluntad existente,
atrofiando y dejando indefensa mi mente.

viernes, 28 de mayo de 2010

Estoy loca, con las insanas ganas de vivir por delante, depurándome hasta lo inédito
acreditando mi angustia más allá de lo necesario, me nublo en sentimiento ajeno
con la pereza de la imposibilidad golpeando mi oreja tras el silencioso vacío
y busco antes de lo nuevo, lo más viejo que puedo acumular en mi ser conmovido
y movido hasta el infinito fatal, insomnio de amnesia entre lagunas mentales
sin ser necesario que griten a mis descontentos inevitables.



Estoy loca, con mis manos limpias de corrupción y sucias de perversión
sueltas como lobos que azechan la noche para aullar en medio de la luna
sujetando el marfil que apuñala los sentimientos y se entinta para escribir
que poseo dentro de mi un austero vivir,
como alzando el vuelo infinito sin previa enseñanza desde la cuna.

Vivo loca porque sé lo poco que valgo en lingotes de oro,
lo mucho que soy valorada por aquella que mira hacia mí en el espejo,
no soy tonta, no me engaño, no me enaltezco,
no oscurezco mi mirada y frunzo el zeño de mi frente ante el enojo
que provocan los incrédulos, los que me ofenden y los que adoro
a pesar de su vana consideración, de su hipócrita cortejo.

Camino loca, con los andares de una persona poco racional
decidida a ser caminante errante hasta el aprendizaje de aquello
que enriquezca esencia, que hinche mi pecho de orgullo,
si bien tropiezo mil veces, insisto por la perseverancia
que llena de ansias me ilumina el sendero con bienes y ganancia
de ideas, pensamientos y sentires
que arrullan entre la luna llena mi vulgar precocidad en agotadas
penumbras; del sol no me acuerdo, sino de las estrellas, de lo bello
que puedo percibir a pesar de mis piernas largas y cansadas.

Diciendo locuras, disociando mi lenguaje del habla social
con las palabras grises y extrañas
que no todos quieren saber, entender y escuchar de mí;
No soy otra aristócrata, ni la nueva filósofa, sólo patrañas
de mi boca salen, justas entre musas y el poema espacial
del cual todo está hecho, de materia en previo movimiento
deshaciendo y creando de todo con ritmo en el tiempo
que más de alguna vez, en lujuria, inútilmente perdí.

Mirada alocada, mas no desenfrenada, pues las causas son esotéricas
y las maneras en que veo no las conoce el escaparate de manías;
disfruto del arte al desnudo, no de la libido poco entrenada
que envicia y enferma, esclaviza pasivamente a los que a mi lado han estado
con los ojos más abiertos que el mismo cielo cuando pasa la lluvia;
Son observantes, delirantes y sinceros el par que tengo asignado,
no perturbo, a veces ofendo a las arpías.

Simplemente, sencillo y objetivamente, he nacido con la locura
de la cual hago alarde por no ser del montón, envidiosos y rabiosos
como hienas divagando y carcomiendo las sobras en amargura;
Vivo riendo y llorando, escribiendo y pensando alrededor
de mucho misterio y poca conciencia, que me sobra en cantidad,
soy tan feliz, soy tan desdichada, que todo es perfecto.
Oscuro contrato de diabólico cariz
Jurado y firmado por hombre y demonio
Hace ya tanto tiempo que es difícil
Contar los años pasados
Mas los astros ruedan y corre el reloj
Pasan los años y la fecha me provoca insomnio

Y es que jurada en tinta ha quedado
mi alma que por mi propia firma fue sellada
Tiemblo entonces condenada por ver tan cerca mi destino
Acercarse como una ráfaga macabra y endemoniada

Ha llegado la noche que me asusta
Y me convenzo de que nada sucederá
Estoy sobre mi silla de fina madera sentada
Y no hay ruido alguno en la noche de luna carmesí
Mas siento en el aire un tenso e inarticulado frenesí

Las monedas llegaran como la lluvia que ahora suena
acompañada también del respetado jurado
y lleno entonces la habitación con una risa aterradora
y el viento me llega con un asqueroso olor a muerte
Y a un azufre que no me permite sosegarme

Las luces de la habitación se apagan
He quedado oscurecida como las sombras que el día en noche trocan
Salvo por unas luces trémulas bajo mi puerta
Y frente a las luces una sombra inhumana se proyecta
pero ya nada importa.