El destino quiso que hoy
tengamos que estar separados,
la vida quiso que hoy tu estés allá
y yo aquí escribiéndo y recordándote.
No importa cuanto tenga que esperar por ti,
ni si tengo que extrañar-te mil vidas.
Quizas algún día, 
la distancia morirá de celos
al vernos juntos de nuevo.

- Cuando llore por ti lo haré solo por las noches,

cuando alguien mencione tu nombre
 fingiré que no me importa,

cuando escuche una canción
 que me recuerde a ti

solo cerraré mis ojos e imaginaré
que te tengo a mi lado.

Mi dolor no detendra tus sueños.

Y no habrá un solo día en que no rece por ti,

porque tu felicidad siempre será mi felicidad

aunque no estés conmigo.-
Dijo ella con lagrimas en los ojos, queriendo ser su felicidad.

Todo lleno de sueños horribles,
estudiar, trabajar, un futuro,
el móvil, el coche, el dinero,
las llaves de una casa,
follar con una sola persona,
cosas horribles.

Pesadillas reales y crueles,
sin fundamento,
estertores de una raza que no es raza,
que se muere a cada paso
y que llama grandeza
a lo coercitivo y la censura,
a los países regados con sangre
los llaman vergeles.

Eyaculaciones precoces y gatillazos,
viagra, anestesia,
morfina, cloroformo,
amor y sus desvaríos;
Ellos sueñan y se relamen
con lenguas suaves de terciopelo,
llaman a su vida vida,
con las características del espasmo.

Un suicida sin remisión soy,
sin causa, sin bandera,
sin patria y sin ideas,
que jodan al puto Walt Disney
y al capullo del príncipe azul
que se follen a las princesas de rosas
y descuarticen a los maleantes de ilusiones.
Falacias llamadas ayer,
engaños llamados futuro,
mentiras llamadas hoy.

Tirad a vuestros primogénitos a la hoguera,
que chupen su carne los mosquitos
y luego se atraganten
en un cúmulo de vómito verde y ceguera.

Dejad de engañar con el amor
que es como la niebla,
al primer rayo de realidad
desaparece,
la mentira espesa.

Hijo de puta el tiempo
que no nos devuelve los sueños partidos,
los que nos hemos comido con patatas.

Hijo de puta, dices,
hijo de puta tu canto a la nada,
tu incapacidad adquirida para enamorarte de la vida.

Hija de puta tu inocua mirada,
hija de puta cualquier cosa que rompa sonrisas,
hijo de puta tú
que te llenas la boca de mierda hablando de quienes no conoces
y te llenas, también, la despensa de carcajadas atroces
que provienen de las coces que repartes.

Hijos de puta tus amiguitos
reunidos en fiestas de champán y de rutinas de gominas,
tan iguales que nunca supe distinguirlos unos de otros.

Hijo de puta quien no se muera ahora mismo de pena
al recordar aquellos ojos negros de aquel negro niño.

Hija de puta la muerte cuando llega antes,
hija de puta la vida si se pone perra
hija de puta tu voz, que me esparrama por las aceras
y me deja colgada de papelas, y de vinos,
y de suelas de otros hijos de puta
que sólo piensan en su puta entrepierna.

Hijas de puta las tijeras que quieren cortarnos la lengua
cuando decimos verdades tan putas
como que la más puta de todas las verdades
es siempre, y también, la más tierna.

El dolor se viste de verde
disfrazando su esencia
para satisfacer la humanidad.

La carencia esconde su rostro,
miradas penetrantes
que no esconden ojos grises.

Hemos de fingir al mundo
sonrisas luminosas,
imágenes sin sentido,
todo un mundo de apariencias.

Hemos de estar bien,
somos los payasos del tiempo,
imágenes de felicidad
dentro de almas en pena.

Hoy te muestro mi sonrisa
mintiéndote suavemente,
satisfaciendo así deseos absurdos,
estados del alma que nadie quiere ver.

Hoy descolgare mi nariz roja
divirtiendo así a los presentes,
en este circo llamado vida
donde los muertos asisten a la función.

¿Al fin de qué?
Al fin de todo lo que parece ser
este pequeño universo provinciano entre los astros,
esta aldehuela del espacio,
no sólo del espacio visible, sino del espacio total.
Al fin de todo, dormir.

Hasta hoy
hasta aquí,
al borde de este instante saturado,
trazando una defensa de mi mismo
en el quicio indeleble
de un rumor agotado.


La nausea le dice a los sentidos
la revolución que no inicio.
Vértigo de desdichas
sublevando la sangre y la memoria.
Absurda resistencia:
Las vísceras firman el recibo
que el corazón silencia y veda.


Un vértice de luna
planea en un rincón la retaguardia
en una estrategia sin abrazos.
Llega la noche, me desviste
me insomnia, me nostalgia,
muerde mi voz
y duerme el sonido de las palabras.



Alguien reza…
y no se si soy yo
El rocío dibuja,
minucioso,
su litánico goteo
en la ventana.


Con violenta eficacia
estalla otra mañana.