sábado, 7 de enero de 2012

Hasta hoy
hasta aquí,
al borde de este instante saturado,
trazando una defensa de mi mismo
en el quicio indeleble
de un rumor agotado.


La nausea le dice a los sentidos
la revolución que no inicio.
Vértigo de desdichas
sublevando la sangre y la memoria.
Absurda resistencia:
Las vísceras firman el recibo
que el corazón silencia y veda.


Un vértice de luna
planea en un rincón la retaguardia
en una estrategia sin abrazos.
Llega la noche, me desviste
me insomnia, me nostalgia,
muerde mi voz
y duerme el sonido de las palabras.



Alguien reza…
y no se si soy yo
El rocío dibuja,
minucioso,
su litánico goteo
en la ventana.


Con violenta eficacia
estalla otra mañana.

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